Mito de “El origen de Roma”
El origen de Roma se remonta al 534 a.C., en un valle llamado “Valle Esmeralda”. En él habitaban unas hadas mágicas que se hacían llamar Esmeraldas.
Un día hubo un fuerte terremoto en los alrededores del valle. Los pueblos cercanos se vieron afectados, pero mágicamente, Valle Esmeralda no sufrió ningún daño. Mucho murieron, mientras otros se salvaron. Todos los pueblos estaban completamente destruidos.
En aquellos tiempos reinaba Charles, un malvado y avaricioso rey, al que se le ocurrió invadir Valle Esmeralda y esclavizar a las hadas que allí habitaban. La reina de las hadas, Diamante, predijo las intenciones del rey y preparó a todas las hadas para el presunto ataque del rey Charles.
Las hadas se reunieron en la Casa Haderil, donde realizaban sus reuniones, congresos, etc. y allí diseñaron un plan para combatir el ataque.
El día en que las tropas del rey Charles tenían intención de invadir Valle Esmeralda, todas las hadas estaban listas para contraatacar. Ellas estaban totalmente en contra de la violencia, por lo que lanzaron un hechizo sobre el valle y utilizaron unos polvos mágicos que provocaban el sueño en todos aquellos que los respirasen. Efectivamente, los polvos cumplieron su función y las tropas cayeron en un profundo sueño del que solo las hadas les podían despertar.
Cuando el rey Charles comprobó que sus soldados no habían vuelto de la misión se preocupó y decidió ir a investigar disfrazado de hada. En cuanto el rey pisó el suelo de Valle Esmeralda, Diamante se percató de que algo extraño ocurría y que esa hada tan sospechosa que veía no era quien decía ser. Por ello, decidió ponerle una prueba, y así poder determinar qué tipo de ser era: un hada o un ser mundano. Así, las sospechas de Diamante no estaban desencaminadas, pues el hada no era un hada, sino el malvado rey Charles. Engañar a un ser superior era una terrible osadía, por lo que Charles fue expulsado a los confines de Valle Esmeralda, de donde no podría escapar.
Las hadas poco a poco fueron reconstruyendo los pueblos de alrededor que habían sido gravemente afectados y reunificándolos para que todos formaran parte de Valle Esmeralda. A los soldados de Charles, las hadas les hicieron despertar poco a poco, y los examinaron para determinar qué clase de personas era cada uno de ellos. Algunos fueron enviados a la prisión de “Esperanza”, donde fueron reeducados en buenos modales, en tolerancia y respeto a todo lo que fuera respetable. Al resto de los habitantes de los pueblos afectados se les proporcionó trabajo, casa y comida. Y, poco a poco, se fueron construyendo colegios, bibliotecas, hospitales, etc., mientras que muchos se convirtieron en médicos, profesores y profesoras, filósofos, etc.
Y así se fue desarrollando el lugar que daría origen a Roma.
Carla Tascón Díez