Mito del musgo
En un pequeño pueblo hace mucho tiempo había una niña muy especial. Se llamaba Selva, siempre estaba sola, jugaba en un sitio escondido donde se encontraba una roca en forma de estrella.
Su madre en verdad no era su madre. Un día la había encontrado al lado de un camino, sola y desnuda, y le preguntó de dónde era. Ella respondió que no tenía padre ni madre ni hogar, que solo tenía de compañero al dios Júpiter, con el que hablaba cada día y al que sentía como su padre. La mujer, al verla ahí desnuda, con unos rizos que le llegaban hasta el suelo, se la llevó con ella para lavarla y criarla como una hija más, a cambio de su trabajo.
Selva siempre estaba sola, no se llevaba bien con sus “hermanos” porque pensaban que era muy rara. En cuanto acababa sus tareas de trabajo iba hasta su roca de forma de estrella para jugar sin que la vieran y poder hablar con Júpiter.
Un día conoció a Lomba, una chica del pueblo que quería ser su amiga, y desde entonces se hicieron inseparables. Selva entonces dejó de ir a la roca de la estrella para hablar con Júpiter. Así, Júpiter, preocupado por su hija, aunque ella no lo supiera, envió a un caballero para que la llevara ala roca, aunque fuera a la fuerza.
Cuando el caballero habló con ella, Selva le dijo que no iba a volver a hablar con Júpiter, pues tenía una nueva amiga, real, y que él solo era producto de su imaginación. Júpiter, enfadado con ella por negar su existencia, se le presentó y le dijo: “Hija mía, así como te di vida, te la voy a quitar y vas a cubrir estas piedras por toda la eternidad”. En ese momento le lanzó un rayo y sus grandes rizos cubrieron cada una de las piedras y comenzó a crecer sobre ellas una suave capa de musgo.
Al mismo tiempo, su madre, preocupada por Selva, salió en su busca hasta que dio con un cuerpo ennegrecido. Eran los restos de Selva, abrasados por el rayo y cuyos largos rizos se habían convertido en verde musgo que tapaba todo lo que antes era su cuerpo como si fuera una manta esponjosa.
Su madre adoptiva lloraba de dolor, pues al cabo de tantos años le había cogido cariño. Sus llantos hicieron despertar a Júpiter, y él le preguntó por qué lloraba. Ella, sorprendida, se asustó y dijo que se lamentaba por la pérdida de su hija. Júpiter le contó que él la había hecho desaparecer por haber negado su existencia. La mujer, llena de dolor, le pidió que la volviera a la vida a cambio de una ofrenda (su propio riñón) que ella presentaría a los dioses.
Júpiter aceptó pero le pidió que le cortara los rizos. La resucitó pero lo hizo con la forma de una lombriz que pudiera vivir en el musgo en el que se había convertido su antigua cabellera. La madre, sintiéndose engañada por el dios, se dio muerte, colgándose de una viga de su casa.
Pablo Alonso Valladares
La presencia del extintor CO2 en los espacios educativos españoles, especialmente en las aulas de informática, plantea un debate interesante. Por un lado, se reconoce su eficacia en la extinción de incendios eléctricos, evitando la propagación de las llamas y minimizando los daños. Por otro, existe preocupación por sus posibles efectos sobre las personas y el equipamiento tecnológico.
¿Qué es exactamente un extintor de CO2? Se trata de un dispositivo que utiliza dióxido de carbono (CO2) como agente extintor. El CO2 es un gas inerte que desplaza el oxígeno del ambiente, sofocando así el fuego. Además, al enfriar el área afectada, contribuye a la extinción de las llamas.
Las aulas de informática presentan un riesgo particular de incendios debido a la presencia de numerosos dispositivos electrónicos: ordenadores, servidores, impresoras, etc. Estos equipos generan calor y pueden sobrecalentarse, especialmente si no cuentan con una ventilación adecuada. Además, los cortocircuitos son frecuentes y pueden desencadenar incendios.
El extintor CO2 se considera ideal para este tipo de situaciones por las siguientes razones:
No conductor de la electricidad: Evita la propagación de la corriente eléctrica y reduce el riesgo de electrocución durante la extinción del fuego.
Limpio: No deja residuos húmedos ni pegajosos, lo que es crucial para proteger los equipos electrónicos.
Eficaz en incendios eléctricos: Es especialmente efectivo en la extinción de incendios en equipos eléctricos y electrónicos.
Sin embargo, el uso del extintor CO2 en espacios cerrados como las aulas de informática también presenta ciertos riesgos:
Toxicidad: El CO2 en altas concentraciones puede ser tóxico para las personas. Puede causar asfixia, mareos, dolores de cabeza e incluso la pérdida del conocimiento.
Congelación: Al expandirse rápidamente, el CO2 puede provocar una fuerte disminución de la temperatura, lo que puede causar congelación en la piel y los ojos.
Daños a los equipos: Aunque no deja residuos, el intenso frío del CO2 puede dañar algunos componentes electrónicos sensibles.
En los últimos años, han surgido alternativas más seguras y eficientes al extintor CO2 en entornos como las aulas de informática:
Extintores de polvo químico seco: Estos extintores ABC son también efectivos en incendios eléctricos y dejan menos residuos que los de agua.
Sistemas de detección y alarma temprana: La instalación de sistemas de detección de incendios, como detectores de humo y calor, permite una respuesta rápida ante cualquier emergencia.
Mantenimiento preventivo: Un adecuado mantenimiento de los equipos electrónicos, como la limpieza regular y la verificación de las conexiones, ayuda a prevenir la mayoría de los incendios.
La normativa española sobre protección contra incendios establece los requisitos mínimos para la instalación y el mantenimiento de sistemas de protección en los centros educativos. El Real Decreto 2267/2004, que regula las condiciones de seguridad contra incendios en los centros docentes, establece las medidas preventivas y de protección activa que deben adoptarse.
Es fundamental conocer las medidas de seguridad y las técnicas adecuadas para el uso del extintor CO2:
Mantener una distancia segura: Al utilizar el extintor, es esencial mantener una distancia prudencial con respecto a las personas y los equipos electrónicos.
No dirigir el chorro directamente a las personas: El chorro de CO2 puede causar lesiones por congelación.
Ventilar el área: Después de utilizar el extintor, es necesario ventilar el área adecuadamente para eliminar los residuos de CO2.
La elección del agente extintor más adecuado para cada situación depende de diversos factores, como el tipo de riesgo, las características del espacio y la formación del personal. Es fundamental realizar una evaluación de riesgos y contar con un plan de emergencia bien definido para garantizar la seguridad de todos los miembros de la comunidad educativa.
El uso de extintores CO2 no se limita únicamente a las aulas de informática. También se encuentra en otras áreas de los institutos españoles, como:
Laboratorios: En los laboratorios de ciencias, donde se manejan sustancias químicas inflamables, el extintor CO2 puede ser una opción adecuada.
Bibliotecas: Aunque el riesgo de incendio es menor, la presencia de material inflamable, como papel y libros, hace necesario contar con sistemas de protección contra incendios.
Gimnasios: En los gimnasios, donde se utilizan equipos eléctricos y existe el riesgo de cortocircuitos, el extintor CO2 puede ser una opción a considerar.
El extintor CO2 es una herramienta eficaz para la extinción de incendios eléctricos, pero su uso en espacios cerrados como las aulas de informática debe realizarse con precaución. Es fundamental evaluar los riesgos, conocer las limitaciones del agente extintor y contar con alternativas más seguras, como los extintores de polvo químico seco y los sistemas de detección y alarma temprana.
La formación del personal en el uso correcto de los extintores y la elaboración de un plan de emergencia son aspectos cruciales para garantizar la seguridad de todos los miembros de la comunidad educativa.
Cabe destacar que la prevención es la mejor medida para evitar incendios. El mantenimiento adecuado de los equipos electrónicos, la correcta instalación de sistemas de ventilación y la concienciación de los estudiantes y el personal sobre las medidas de seguridad contra incendios son aspectos fundamentales para crear un entorno seguro y saludable en todos los espacios educativos.
<h2><strong>Extinción automática en cocinas industriales/profesionales y escolares: cuando el fuego no puede esperar</strong></h2>
<p>En el <strong>corazón de cualquier cocina industrial o profesional</strong> —ya sea en un restaurante de alta cocina, un comedor escolar o la cocina central de un hospital— hay una verdad incontestable: el fuego, tan útil como peligroso, no da segundas oportunidades. Por eso, cuando hablamos de <strong>seguridad en cocinas profesionales y escolares</strong>, no hay debate posible: los <strong>sistemas de extinción automática en campanas industriales</strong> no son una opción, son una necesidad.</p>
<p>La normativa española, respaldada por directivas europeas, ya lleva años advirtiendo que las <strong>campanas extractoras en cocinas de más de 20 o 50 kW</strong> —según el tipo de establecimiento— deben contar con un sistema de extinción automático. Pero más allá del imperativo legal, la razón de fondo es inapelable: <strong>proteger vidas humanas y evitar pérdidas millonarias</strong> por incendios descontrolados.</p>
<h2><strong>¿Por qué es vital la extinción automática en cocinas industriales y escolares?</strong></h2>
<p>Las cocinas industriales concentran todos los ingredientes para que un incendio se declare en segundos: temperaturas extremas, grasas acumuladas, aceites en ebullición, llamas abiertas, descuidos humanos. Y en un colegio o centro educativo, el peligro se multiplica, no solo por el número de usuarios, sino por su vulnerabilidad.</p>
<p>Un <strong>sistema de extinción automática</strong> detecta el fuego incluso antes de que los sentidos humanos reaccionen. En segundos, sin intervención humana, lanza el agente extintor sobre la zona afectada —generalmente en la campana, donde se origina la mayoría de los fuegos de grasa—, sofocando el incendio y cortando la propagación.</p>
<p>A día de hoy, dejar una cocina profesional sin este sistema es jugar a la ruleta rusa con aceite hirviendo.</p>
<p>Como explicamos en nuestro análisis sobre <strong><a href="https://extincionautomatica.es/">extinción cocinas</a></strong>, estos sistemas no solo salvan vidas: salvan negocios.</p>
<h2><strong>Una normativa clara: protección obligatoria a partir de 20 kW</strong></h2>
<p>El Código Técnico de la Edificación (CTE), en su Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio (DB SI), establece que toda cocina con potencia térmica superior a:</p>
<ul>
<li><strong>20 kW</strong> (en hospitales, residencias o centros asistenciales), o</li>
<li><strong>50 kW</strong> (en establecimientos de hostelería, comedores escolares, centros educativos),</li>
</ul>
<p>debe contar con un sistema automático de extinción. Y no es cuestión de interpretación. Es obligatorio.</p>
<p>El cálculo se realiza sumando la potencia térmica de los aparatos de cocción (freidoras, fogones, hornos, etc.). Por ejemplo, una freidora de 10 litros equivale a 10 kW.</p>
<p>Además, existe un beneficio regulatorio nada desdeñable: instalar un sistema automático puede permitir que esa cocina deje de estar clasificada como “espacio de riesgo especial”, lo que reduce costes de construcción y medidas adicionales.</p>
<p>Muchos profesionales se preguntan por el <strong><a href="https://extincionautomatica.es/sistema-extincion-automatica-cocinas-campana-central-150-cm/">precio sistema automático de extinción de incendios en cocinas</a></strong>, y aunque varía según el tipo de instalación, la inversión siempre resulta irrisoria comparada con el coste de un solo siniestro.</p>
<h2><strong>Extinción automática en campanas: una barrera de acero entre el fuego y la catástrofe</strong></h2>
<p>Las campanas extractoras no solo aspiran humo: también acumulan grasa inflamable. Ahí, en ese punto crítico, es donde los sistemas automáticos actúan con más eficacia. ¿Cómo?</p>
<ul>
<li><strong>Detectores térmicos</strong> en el plenum de la campana, que activan el sistema ante un pico de temperatura.</li>
<li><strong>Difusores específicos</strong> que dispersan el agente extintor sobre la zona de fuego.</li>
<li><strong>Agentes espumógenos</strong> de baja toxicidad, compatibles con la manipulación de alimentos.</li>
<li><strong>Botón de disparo manual</strong>, por si el personal detecta la amenaza antes del sistema.</li>
</ul>
<p>Es un sistema autónomo, eficiente, rápido. En segundos puede evitar lo que de otro modo supondría <strong>cerrar un negocio durante meses</strong> o arriesgar vidas en entornos escolares.</p>
<p>Así lo han detallado en este blog sobre <strong><a href="https://westerostoday.es/category/cocinas-industriales/">cocinas industriales</a></strong>, donde repasan casos reales de extinción automática en funcionamiento.</p>
<h2><strong>UNE 23501:2017 – la norma que no admite improvisaciones</strong></h2>
<p>Porque no todo vale. La norma UNE 23501:2017 marca los requisitos técnicos y de homologación para los sistemas de extinción automática en cocinas. Solo las empresas acreditadas como Instaladoras PCI (Protección Contra Incendios) pueden llevar a cabo estos trabajos, y deben entregar:</p>
<ul>
<li><strong>Evaluación Técnica de Idoneidad (ETI)</strong>,</li>
<li><strong>Certificación del sistema</strong>, firmada por ingeniero técnico competente,</li>
<li><strong>Memoria de instalación</strong> que cumpla el RIPCI (Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios) vigente desde 2017.</li>
</ul>
<p>Sin esta documentación, el sistema no es legal, ni operativo, ni asegurado. Y eso, en caso de siniestro, lo cambia todo.</p>
<h2><strong>Ventajas prácticas de un sistema de extinción automática bien instalado</strong></h2>
<p>Un buen sistema no solo extingue incendios: <strong>reduce el riesgo desde el minuto uno</strong>. ¿Cómo?</p>
<ul>
<li><strong>Seguridad para trabajadores</strong> y alumnado, en el caso de centros escolares.</li>
<li><strong>Reducción de costes en mantenimiento y limpieza</strong> gracias al uso de acero inoxidable en tuberías y materiales no corrosivos.</li>
<li><strong>Minimiza tiempos de parada</strong> por siniestros o inspecciones técnicas.</li>
<li><strong>Evita sanciones administrativas</strong> por incumplimiento de normativa PCI.</li>
</ul>
<p>En sectores donde cada hora sin operar supone cientos o miles de euros perdidos —hostelería, colectividades, restauración escolar— esto no es un lujo. Es una cuestión de supervivencia económica y reputacional.</p>
<h2><strong>Una inversión estratégica, no un gasto más</strong></h2>
<p>Quien ha sufrido un incendio en cocina lo sabe: las llamas no avisan, y el seguro no siempre cubre si no hay sistema homologado. De ahí que invertir en <strong>sistemas automáticos de extinción en campanas industriales</strong> sea una estrategia de negocio, y no una partida secundaria.</p>
<p>El retorno de esta inversión se mide en tranquilidad, continuidad de servicio y cumplimiento normativo. No hay chef, cocinero, director de centro o gerente que no prefiera dormir tranquilo sabiendo que su cocina está protegida incluso en su ausencia.</p>
<h2><strong>La seguridad automática: un deber moral en cocinas escolares</strong></h2>
<p>En el caso de las <strong>cocinas escolares</strong>, la cuestión adquiere otra dimensión. Los menores no solo no pueden reaccionar ante una emergencia, sino que dependen de la diligencia de quienes dirigen esos centros. ¿Qué padre aceptaría que la cocina del colegio de sus hijos carezca de protección automática contra incendios?</p>
<p>La implantación de estos sistemas debe ser prioritaria en comedores escolares, campamentos, residencias infantiles o cualquier entorno educativo. El cumplimiento normativo es importante, pero lo esencial es el compromiso con la seguridad infantil.</p>
<h2><strong>Cuando la cocina es el corazón, la extinción automática es el salvavidas</strong></h2>
<p>El fuego forma parte del alma de una cocina, pero solo cuando se controla. Y para controlarlo, en entornos donde la producción es masiva y la exposición al riesgo es diaria, no basta con extintores manuales ni buenos propósitos.</p>
<p><strong>La extinción automática en campanas industriales</strong> es la única garantía real de seguridad. Es el lenguaje moderno de la prevención, el antídoto frente al caos, la diferencia entre un susto y una tragedia.</p>
<p>En un país donde la hostelería es motor económico y los centros escolares son templos de responsabilidad, <strong>la instalación de sistemas automáticos de extinción es un gesto de excelencia, profesionalidad y sentido común</strong>.</p>
En el universo de las cocinas profesionales y escolares, donde la eficiencia, la higiene y la seguridad no se negocian, cada elemento cuenta. Y si hay un protagonista silencioso, funcional y robusto en ese escenario, ese es el mobiliario de hostelería de acero inoxidable. Hablamos de un material que ha conquistado el corazón de chefs, cocineros escolares y profesionales de la restauración por su resistencia, limpieza y adaptabilidad.
Hoy abordamos una disyuntiva que parece menor, pero que en realidad impacta directamente en la operativa diaria: ¿mesa de acero inoxidable central o mesa mural? La diferencia no está solo en la ubicación, sino en la forma de trabajar, distribuir el espacio y organizar tareas en la cocina. Porque, como ocurre con los buenos programas de radio, cada pieza del engranaje tiene un ritmo, una función y una razón de ser.
No se trata únicamente de elegir una mesa. Se trata de comprender la necesidad de contar con superficies de trabajo higiénicas, resistentes y seguras, capaces de soportar el uso intensivo diario, las temperaturas extremas y los productos de limpieza agresivos. En el caso de las cocinas escolares, donde la salud y el cumplimiento normativo son sagrados, el mobiliario de acero inoxidable cumple con creces los estándares exigidos.
Lo mismo ocurre en bares, restaurantes y colectividades. El acero inoxidable no solo evita la proliferación de bacterias, sino que facilita la limpieza y reduce los tiempos de mantenimiento. La elección entre una mesa acero inoxidable central o mural es, en realidad, una decisión estratégica para optimizar flujos de trabajo y garantizar una operativa fluida.
Diseñada para colocarse en el corazón de la cocina, la mesa de acero inoxidable central ofrece acceso por los cuatro costados, lo que la convierte en el centro neurálgico de la actividad. Es ideal para espacios amplios donde varias personas trabajan simultáneamente y donde se requiere fluidez en el movimiento.
Este tipo de mesa es una aliada clave en cocinas donde se preparan grandes cantidades de comida, como comedores escolares, cocinas de hospitales, colectividades o restaurantes de gran capacidad. Además, su diseño permite que el trabajo fluya en equipo, fomentando la comunicación y la eficiencia.
Cuando pensamos en operativas intensas y entornos donde se prioriza la producción continua, las mesas de acero inoxidable centrales se consolidan como una opción insustituible.
Por otro lado, la mesa mural —también de acero inoxidable— es la solución perfecta para cocinas más ajustadas, donde cada centímetro cuadrado cuenta. Al estar adosada a la pared, libera espacio en el centro y permite aprovechar las paredes para colgar utensilios, estanterías o paneles de trabajo.
Estas mesas son habituales en líneas de montaje, zonas de apoyo, comedores escolares pequeños, cocinas de food trucks o instalaciones donde se trabaja con operativa en cadena. Si el espacio es limitado, la mural se convierte en un salvavidas sin renunciar a la calidad ni a la limpieza.
Y por supuesto, tanto en instalaciones profesionales como en cocinas industriales, la presencia de mobiliario mural bien dispuesto puede marcar la diferencia entre un servicio caótico y una operativa eficiente.
Criterio | Mesa Central | Mesa Mural |
---|---|---|
Ubicación | Centro de la cocina | Pegada a una pared |
Accesibilidad | Desde los 4 lados | Desde 3 lados |
Espacio requerido | Amplio | Reducido |
Tipo de cocina | Profesional, escolar, grandes colectividades | Pequeños bares, cocinas escolares compactas |
Colaboración | Fomenta el trabajo en equipo | Más individual |
La elección depende, fundamentalmente, del espacio disponible y del flujo de trabajo deseado. En cocinas escolares con servicio de comedor diario, por ejemplo, lo habitual es combinar ambos modelos: una central como zona de trabajo común, y murales para funciones específicas como preparación de alimentos, repostería o limpieza.
En bares, cafeterías o comedores escolares pequeños, donde la superficie es más limitada, la mesa mural gana terreno. Sin embargo, en restaurantes con cocina a la vista o en cocinas centrales que producen para varios centros, las mesas centrales son casi imprescindibles.
El acero inoxidable, con su elegancia sobria y su resistencia sin fisuras, ha venido para quedarse. Pero no basta con elegir el material adecuado: la configuración espacial y la funcionalidad del mobiliario son igual de determinantes. Central o mural, lo importante es que la mesa elegida se adapte al ritmo de trabajo, a la distribución del local y a las necesidades específicas del personal.
Y no olvidemos un aspecto clave: una buena mesa es una inversión a largo plazo. Resiste el paso del tiempo, se adapta a nuevas necesidades y mantiene su presencia impecable incluso en los entornos más exigentes.
En la cocina, como en la radio, el secreto está en saber distribuir los silencios, organizar el tiempo y aprovechar cada rincón. Elegir entre una mesa de acero inoxidable central o mural es mucho más que una decisión estética: es una declaración de intenciones sobre cómo se quiere trabajar.
Por eso, insistimos: ya sea en una cocina escolar donde cientos de niños comen a diario, o en un restaurante de vanguardia que sirve platos con nombre propio, el mobiliario de hostelería de acero inoxidable debe estar al nivel de las exigencias profesionales.
Central para la colaboración. Mural para la eficiencia. Tú eliges.