Aquí os propongo unas actividades deportivas divertidas, que se pueden realizar durante el verano.
Algunos lo consideran como el trekking en dos ruedas y permite llegar a lugares inaccesibles para las bicicletas convencionales.
Cada vez son más los practicantes del mountain bike, por muy diversas razones: unos se adhieren a una nueva forma de entender las excursiones en la naturaleza; otros quieren seguir subiendo laderas abruptas sobre dos ruedas cuando la mayoría de montañas están ya vedadas para las motos; los hay que llegan atraídos por el hecho de realizar alguna actividad física, y también hay quienes buscan el componente más competitivo de la práctica al realizarse en grupo.
Sin embargo, todos ellos coinciden en que el mountain bike es un deporte y un estilo de vida apasionante y divertido.
El turismo ecuestre se podría definir como una forma de viajar por motivos culturales o por la atracción de la aventura empleando como medio de desplazamiento el caballo.
Las salidas a caballo permiten redescubrir rutas y paisajes desde la perspectiva del jinete, recuperando un animal que durante siglos ha sido fundamental para desplazarse o para trabajar.
Y por qué no realizar una interesante salida de un día completo, atravesando maravillosos paisajes que unen, de alguna manera, los caminos de Puebla de Lillo, Redipollos y Cofiñal, para terminar en el asombroso y milenario Pinar de Lillo, una especie de auténtico paraíso de obligada visita.
El treking o senderismo es una actividad de ocio desarrollada en el medio natural. Consiste en seguir una ruta marcada sobre el terreno generalmente en un mapa o en el propio camino.
Opciones: Boñar, Puebla de Lillo, Cofiñal, Puerto de Tarna, Valle de Riosol.
·Puebla de Lillo, Valle de Yllarga, Puerto de San Isidro.
·Boñar, La vecilla, Hoces de Valdeteja, Cármenes, Cuevas de Valporquero, Hoces de Vegacervera, Matallana y Boñar.
·Puebla de Lillo, Puerto de San Isidro, Concejo de Aller (Asturias).
·Boñar, Vegaquemada, Caldas de San Adrián.
·Puebla de Lillo, Macizo del Susarón, Embalse del Porma.
¡Descubre nuevos senderos este verano!
Los diccionarios definen la escalada como la acción de subir una pared trepando. A medias entre la técnica más depurada y el reto imposible, esta disciplina se ha convertido en todo un fenómeno de masas durante el siglo XX. Se trata, sin duda alguna, de una de las modalidades reinas del mundo de la aventura.
En general, se pueden distinguir dos grandes tendencias: de un lado, cabe destacar la escalada deportiva, en la que se busca subir por paredes cortas con una fortísima pendiente.
La riqueza de las montañas de la Comarca del Alto Porma y sus alrededores hacen que se puedan desarrollar importantes escaladas a montañas de más de 2.000 metros de altura, como es el caso del Pico Torres o cualquiera de las existentes en el cercano Parque Nacional de Picos de Europa (Naranjo de Bulnes, Peña Santa...).
El parapente es como flotar sobre una nube. En un parapente no se realizan maniobras bruscas. Tampoco se sienten sensaciones extremas ni se desciende a velocidad de vértigo. Se trata de dejarse mecer por el viento y observar a vista de pájaro el mejor de los paisajes.
En el incomparable marco de las montañas del Porma y dentro del sugestivo enclave de la Peña Susarón, el lago de Isoba o en la Estación Invernal de San Isidro.
Con la misma fuerza que se iniciaron los deportes blancos, comienzan en la zona y hacen furor los denominados deportes náuticos, que congregan a gentes ávidas de surcar las aguas del Embalse del Porma en pequeñas embarcaciones a vela o Windsurf o descender por los ríos Porma o Curueño a bordo de una balsa neumática para la práctica del Rafting o en las tradicionales canoas o kayaks.
De esta manera, el Windsurf se puede practicar en el citado pantano a tan solo 55 km de León y a 25 de las pistas de San Isidro. Según los técnicos y practicantes de este deporte es este embalse ideal para las prácticas de vela, ya que su configuración orográfica permite la entrada de vientos francos a cualquier hora del día sin soles molestos ni apenas calmas totales. Igualmente es practicable, y de hecho se viene haciendo, la otra vela ligera, como Optimist, Vaurien, 420, 470 etc... o el piragüismo en todas sus variantes y el rafting.
El verano de nuestra zona tiene el privilegio de ofrecer a los amantes del deporte autóctono leonés dos «Corros de Aluches» de primera categoría: el de Las Nieves de Lillo y el de San Roque de Boñar.
Estos corros de aluche, típicos tan solo en una zona determinada de la montaña y la ribera leonesas, se remontan al siglo X, época en la que la repoblación presentaba con cierta frecuencia conflictos fronterizos en los asentamientos de los distintos pueblos que surgieron a raíz del desplazamiento árabe hacia el sur de la Península.
Estas cuestiones y discrepancias terminaban en una especie de campo de honor donde los litigantes luchaban respetando unas normas cuya pureza era controlada por los expectantes convecinos que rodeaban a los luchadores jaleándoles o increpándoles, según el vínculo que les uniese a ellos.
Esa es un poco la historia de la tradicional Lucha Leonesa, pero también existen en la zona otros deportes autóctonos como es el caso del juego de los bolos, con antecedentes célticos, que forma parte del paisaje costumbrista de esta montaña durante los meses de verano. El club «El Soto» de Boñar y las concurridas boleras de cualquier pueblo ofrecen en estos meses una bella imagen de convivencia y deportividad.
Mónica González Fernández (4º ESO)