Esta es la historia de un niño de nueve años llamado Thomas que quería ser como su padre, luchador.
Todo comenzó en 2004, el padre de Thomas iba por el mundo ganando torneos y campeonatos. Cuando su hijo le veía por la televisión deseaba que viniera a enseñarle a luchar. A finales de ese año tuvo una grave lesión y se tuvo que retirar a causa de una paliza. Este no quería enseñarle a luchar a su hijo para que no le sucediera lo mismo que a él pero al final accedió.
Thomas aprendió capoeira, artes marciales, judo… y con tan solo trece años.
Un día cuando venia de entrenar encontró a su padre y a su madre brutalmente asesinados, con una nota en la boca de su padre que pudo leer después de descosérsela. Ponía: “Si no lo dejas te va a pasar lo mismo. Firmado J.K.”
Sin embargo, Thomas siguió luchando y consiguió entrar en el torneo más importante del mundo. Tuvo que luchar muy duro para llegar a la final. Cuando estaba en el ring el speaker anunció: “Y ahora el nombre con el nombre desconocido J.K.” y salió. Se parecía mucho a él. Empezaron a luchar y después de más de una hora de combate Thomas lo derribo.
Cuando levantó la copa se acordó de su padre de como le enseñaba, como le reñía y en vez de entristecerse se alegró mas y se lo dedicó. Ahora, por fin: la venganza. Fue a buscar a J.K. al vestuario pero ya no estaba, se había ido.
Thomas se apartó de los rings durante un año para buscar al asesino de sus padres y se unió al FBI. Cuando fueron a por J.K. a su casa, vio que se iba por la puerta de atrás y cuando lo cogió se puso a golpearlo y el asesino le dijo:
-Me llamo José Kalkin y soy tu hermano.
Él le explicó que lo había hecho porque lo habían abandonado y lo condenaron en la cárcel de León hasta el 2 de febrero de 2013.
Iván García Alonso, 3º ESO