Hoy, Max tenía que trabajar toda la tarde, porque unos compañeros y él, tenían que adentrarse en la selva y rescatar a dos crías de león huérfanas. Parecía una tarea fácil, pero las cosas se complicaron, ya que un par de cocodrilos habían sido avistados por aquella zona y podrían toparse con ellos. Cuando llegaron al lugar donde se encontraban las dos crías no vieron ningún cocodrilo, hasta que unos pasos más adelante se acercó uno por la izquierda, pero antes de que pudieran verlo ya lo tenían encima : se abalanzó sobre Max y le mordió el brazo, todos intentaron ayudarle, y a tiempo, Hanna le disparó un dardo tranquilizante al cocodrilo y pudieron sacar a Max que tenía el brazo lleno de sangre, con muchos arañazos y varias costillas hundidas.
Aún así, mereció la pena, porque las crías de león fueron rescatadas y llevadas a la reserva, donde Max y Hanna las vieron crecer, alimentándolas y jugando con ellas cada día.
Irene Fernández 3º ESO