Un Sábado, 15 de Diciembre, Alicia volvía a casa después del cumpleaños de una de sus amigas. Alicia vivía en una pequeña ciudad en la montaña, y como era pleno invierno nevaba sin parar. Ya era de noche, y ella volvía a casa sola. Entonces, se fue la luz en toda la ciudad y una fuerte racha de viento y nieve la tiró al suelo. Ella se levantó rápidamente, mojada y asustada; pero siguió caminando.

Cuando ya llevaba un largo rato y la luz no volvía empezó a preocuparse “¿Será algo grave?” se preguntaba. Decidió llamar a su madre para que fuera a buscarla, pero tampoco tenía cobertura. Nerviosa y desorientada comenzó a buscar las farolas para comprobar que iba bien, pero no había ninguna. Entonces quitó la nieve del suelo para comprobar por donde iba la acera, pero tampoco estaba, solo había hierba y piedras. Muy asustada echó a correr pero al poco se cansó y siguió andando.

Una hora después empapada y con mucho frió llegó a una cueva. Entró y para su sorpresa era un túnel, anduvo por él y cuando llegó al final se sorprendió mucho: era de día, estaba nublado pero no nevaba. De repente se fijó bien, la salida de la cueva estaba en lo alto de una colina detrás de su casa. Bajó corriendo, estaba muy contenta de llegar a casa, pero muy asustada.

Cuando entró en casa corriendo su madre sorprendida le preguntó que le sucedía, ya que solo hacía un cuarto de hora que la había dejado en el cumpleaños de su amiga. Al decir esto, Alicia, se asustó mucho y le contó todo lo que le había pasado. Pero su madre no la creyó. Además, estaba empapada y tenía fiebre. La madre de Alicia llamó a casa de su amiga para saber si le había sucedido algo, y le dijeron que ni siquiera había ido.

Después de unos días, llevaron a Alicia al médico porque seguía con la misma historia y nadie la creía. Y el médico solo le dijo que sería para llamar la atención, nada importante.

Desde entonces, Alicia buscó y buscó aquel túnel pero nunca lo encontró; también intentó recordar algo más, pero nada.

Y con el tiempo la pregunta que más se hacía era “¿Me he vuelto loca o fue todo real?”.

Nerea García (3º ESO)